El fiscal Tomás Soto y el adjunto Gerardo Miranda relataron el hecho de la acusación ocurrido a las 16:30 horas de la fecha antes mencionada, cuando el imputado en una verdulería sorprendió al propietario, dado que tenía prohibido el ingreso por retirarse sin abonar la mercadería. En esta ocasión, al momento en que le solicitaron que se vaya del lugar, se generó luego un forcejeo y éste tomó un cuchillo que había en el lugar. Mediante la violencia ejercida logró apoderarse ilegítimamente de la recaudación del comercio y luego se dió a la fuga, caminando.

Enumeraron los representantes del Ministerio Público Fiscal en esta audiencia realizada de manera remota, la prueba con la que se sustentó dicha acusación tales como; diversas declaraciones testimoniales, informe del Cuerpo de Investigaciones Judiciales, acta de procedimiento policial y de levantamiento de rastros, elementos secuestrados como el cuchillo descripto por la víctima y el registro de la rueda de reconocimiento realizada.

El imputado fue asistido por un defensor penal particular, quien se refirió a la situación personal del imputado y requirió se continúe en el transcurso de la ejecución de la pena con un tratamiento de rehabilitación.

El presidente del tribunal Gregor Joos conformado junto a los magistrados Bernardo Campana y Marcos Burgos; consultó al imputado acerca de la responsabilidad en la comisión de los hechos que se le atribuyen. Acordó  luego con la aplicación de este acuerdo pleno y en el monto de la pena impuesta.

Finalmente el tribunal aceptó el acuerdo pleno, homologando el mismo; en tanto que se condenó al hombre por el hecho antes descripto que constituye el delito de robo agravado por el uso de arma blanca, en carácter de autor; según lo normado en los artículos 45 y 166 inciso segundo, segundo párrafo del Código Penal.

En consecuencia se le impuso cinco años de prisión efectiva y cabe recordar que el imputado se encuentra detenido desde el momento de sucedido el hecho.