Las Licenciadas en Trabajo Social Forense, Gladys Gzain y en Psicopedagogía, Graciela Hussein destacan la importancia de éstos y el aporte que brindan a los operadores de la justicia, en el marco del ofrecimiento y valoración de la prueba: "Si bien los mismos no tienen la característica de pericial –aclaran- aportan un valor científico desde el abordaje victimológico que implica la mirada de la víctima en el marco del proceso judicial y en su ámbito personal".
Uno de los casos judiciales que ha tenido resonancia mediática y judicial, es el caso denominado "La Casa del Horror", del cual la Oficina tuvo intervención y cuyo informe fue valorado por los jueces - entre las principales pruebas- al momento de dictar la sentencia. Entre la principales conclusiones a la que se arribó, se destaca que la joven víctima creció en "una dinámica familiar de ocultamientos, silencios, maltrato en todas sus formas y facilitaciones por parte de los adultos que debían protegerla".
"Por las características y la complejidad del caso, en cuanto a la cantidad de ofensores y víctimas de abuso dentro de la dinámica familiar, se trabajó desde un abordaje sostenido, desde la singularidad de cada una de las víctimas, de la estructura familiar a las que pertenecen y de la singularidad del tipo de delito transgeneracional y abuso intrafamiliar. Hubo un trabajo articulado y sostenido en red, entre los diferentes fueros tanto penal y civil".
"La construcción de los informes victimológicos constituyen el moño de la intervención. En el caso de estos abusos perpetrados en el seno familiar, fueron sostenidos a lo largo del proceso judicial, relacionado cada caso particular ", destacan las licenciadas.
"Los delitos de abuso sexual son atentados contra las personas desde la singularidad y contra la infancia. El abuso intrafamiliar coloca a la víctima en un lugar de doble vulnerabilidad, no sólo por la edad en la que surgen las situaciones abusivas, sino porque vienen del que tiene que proteger y amparar. Dichos abusos son la expresión de la violencia sumado al máximo exponente del abuso sexual", señalan las profesionales de la OFAVI.
"La familia se va encerrando en ese secreto transgeneracional que suma víctimas y victimarios y eso impide que las personas que sufren de algún delito puedan abrirse hacia el afuera. Cuando las víctimas adultas suelen enterarse que los victimarios continúan accionando sobre nuevos niños y niñas, es ahí dónde se cae el velo, se ve que el abuso persiste y ya en el lugar de adultos, pueden accionar a través de la denuncia (como lo han hecho algunas integrantes de esta familia) o desde la protección".
“El objetivo es lograr la reparación individual y social y que las víctimas encuentren la manera de continuar vinculándose con la sociedad. Hay una frase que comúnmente escuchamos que es la de 'el futuro de una sociedad está en los niños', pero en realidad el futuro está en lo que hacemos los adultos con los niños", concluyen.

Una intervención multidisciplinaria en crecimiento

En los delitos de abuso sexual, la intervención de la OFAVI viene acompañada siempre del requerimiento del fiscal que solicita la intervención del equipo ante situaciones que considera complejas. El tratamiento posibilita al equipo acompañar a las víctimas a un juicio, siempre desde la singularidad de la persona. El abordaje no solamente es penal, a partir de una denuncia, sino también en organizar todo el dispositivo protector de la víctima.
El incremento de las derivaciones provenientes de Fiscalías y el creciente número de casos de abuso sexual que han sido judicializados y abordados desde la intervención de este equipo de profesionales, evidencia la trascendencia del trabajo desplegado en los últimos años que logró consolidar una fluida red de intercambio con otras instituciones que trabajan en la problemática y aportando a la justicia una mirada sensible y subjetiva en la atención a la víctima.
Desde Enero de 2015 a la fecha han ingresado a la oficina un total de 299 causas de abuso sexual y 366 en casos vinculados con la violencia y delitos conexos muchas de ellas aún abiertas, mientras que otras ya han obtenido una sentencia.
La puesta en vigencia de la Reforma Procesal, invita, exige y pone en escena la oralidad. Los informes interdisciplinarios van a dejar de ser escritos para convertirse en la posibilidad para los profesionales y los operadores de la justicia de fundar desde lo teórico aquello que se trabajó en la práctica.