Un diagnóstico certero respecto de la condición de autismo del hijo en común propició -en el marco de una mediación- soluciones a problemáticas de cuidados parentales que se encaminaban hacia la judialización.
Un hombre solicitó la modificación del régimen de comunicación que mantenía con su hijo de 7 años, y a la par la madre había iniciado un reclamo sobre la prestación alimentaria, cuestión que ocurría por desconocer y aceptar que los desafíos que su hijo experimentaba tenían que ver con la condición del espectro autista.
“Fue clave la intervención certera y especializada en el derecho de las familias tanto de las dos defensoras adjuntas que asistieron a las partes, como de la mediadora, que pudieron ayudar a que los diversos pareceres que alejaban a esta madre y a este padre confluyeran en algo que tenían en común, que era en el bienestar de su hijo, evaluándose diversas cuestiones en torno al interés superior del pequeño”, explicaron desde el Ministerio Público de la Defensa.
“Lo que ocurría en este caso es que existía un régimen de comunicación y de alimentos anterior al certificado que la madre había gestionado en el Consejo Provincial para las Personas con Discapacidad en el marco de la Ley 22.431. El padre no lograba comprender con certeza la condición de su hijo y las necesidades que de ello se desprendían, y que de alguna manera estaban entorpeciendo el sistema de contacto con su hijo como acostumbraban”, agregaron las defensoras.
Luego de proponer diversas alternativas, se logró concordar en un “cuidado personal alternado”, es decir, el niño pasa igual cantidad de tiempo con su mamá y con su papá, y ambos lograron acomodar las terapias, los horarios escolares, las actividades complementarias que su hijo necesita a la par de las responsabilidades laborales de ambos progenitores.
Así mismo, quedó plasmado en el acuerdo que el papá y la mamá comparten al 50% los gastos que la obra social no cubre, es decir, lo derivado de gastos farmacéuticos, de las terapias y demás cuestiones que surgen.
Este caso se homologó a fin de frenar una judicialización de la problemática que cada parte había acercado, en primera instancia, al Centro de Atención de la Defensa Pública (CADEP) y que fue atendida y asesorada por dos defensoras adjuntas del Centros Integrales de Métodos Autocompositivos de Resolución de Conflictos (CIMARC).
¿Tenés un caso similar? Acá podés consultar:
Centros de Atención de la Defensa Pública (CADEP), de lunes a viernes de 7:30 a 13:30.
Ver aquí los Centros
Conocer la condición de autista de su hijo logró acercar a la mamá y al papá en una mediación
Un diagnóstico certero respecto de la condición de autismo del hijo en común propició -en el marco de una mediación- soluciones a problemáticas de cuidados parentales que se encaminaban hacia la judialización.
Un hombre solicitó la modificación del régimen de comunicación que mantenía con su hijo de 7 años, y a la par la madre había iniciado un reclamo sobre la prestación alimentaria, cuestión que ocurría por desconocer y aceptar que los desafíos que su hijo experimentaba tenían que ver con la condición del espectro autista.
“Fue clave la intervención certera y especializada en el derecho de las familias tanto de las dos defensoras adjuntas que asistieron a las partes, como de la mediadora, que pudieron ayudar a que los diversos pareceres que alejaban a esta madre y a este padre confluyeran en algo que tenían en común, que era en el bienestar de su hijo, evaluándose diversas cuestiones en torno al interés superior del pequeño”, explicaron desde el Ministerio Público de la Defensa.
“Lo que ocurría en este caso es que existía un régimen de comunicación y de alimentos anterior al certificado que la madre había gestionado en el Consejo Provincial para las Personas con Discapacidad en el marco de la Ley 22.431. El padre no lograba comprender con certeza la condición de su hijo y las necesidades que de ello se desprendían, y que de alguna manera estaban entorpeciendo el sistema de contacto con su hijo como acostumbraban”, agregaron las defensoras.
Luego de proponer diversas alternativas, se logró concordar en un “cuidado personal alternado”, es decir, el niño pasa igual cantidad de tiempo con su mamá y con su papá, y ambos lograron acomodar las terapias, los horarios escolares, las actividades complementarias que su hijo necesita a la par de las responsabilidades laborales de ambos progenitores.
Así mismo, quedó plasmado en el acuerdo que el papá y la mamá comparten al 50% los gastos que la obra social no cubre, es decir, lo derivado de gastos farmacéuticos, de las terapias y demás cuestiones que surgen.
Este caso se homologó a fin de frenar una judicialización de la problemática que cada parte había acercado, en primera instancia, al Centro de Atención de la Defensa Pública (CADEP) y que fue atendida y asesorada por dos defensoras adjuntas del Centros Integrales de Métodos Autocompositivos de Resolución de Conflictos (CIMARC).
¿Tenés un caso similar? Acá podés consultar:
Centros de Atención de la Defensa Pública (CADEP), de lunes a viernes de 7:30 a 13:30.
Ver aquí los Centros